A cerca de Can Vies y la revuelta en Sants

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A TODO EL VECINDARIO
A cerca de Can Vies y la revuelta en Sants

Sobre la lucha..

Después de ser un almacén para la construcción de la L1 del metro, un edificio colectivizado durante la Revolución del ‘36 por la CNT y de pasar durante la época franquista a manos del sindicato vertical.. El 10 de Mayo del ’97 se ocupó Can Vies, como respuesta a la falta de espacios donde poder realizar actividades de carácter lúdico, cultural i político en el barrio y para el barrio.

Después de que las amenazas de las instituciones fueran una constante durante estos 17 años, el dia 26 de Mayo de 2014 se ejecuta la sentencia y se desaloja el Centro Social. Sabedores del apoyo que el barrio y la ciudad dan al centro social, y también de la posible respuesta que pueda tener lugar (una reocupación, por ejemplo), se procede inmediatamente al derribo del edificio.

Más tarde, las instituciones hablarian de negociar cuando la cosa se les complicaría mas de lo esperado. Estas negociaciones no son mas que trampas con segundas intenciones. Donde estaba esta voluntad el día del desalojo? Y los años previos? En las porras y escopetas de los maderos? En la grúa que derribaba de un plumazo, para dejar un solar, mas de 15 años de lucha popular? Algunas no vimos voluntad por ninguna parte .Tampoco se la esperaba.

Lo que pasó a posteriori es de sobra conocido. Lunes, Martes, Miércoles; Asambleas del barrio, manifestaciones y barricadas contra la actuación del Ayuntamiento y contra las hordas policiales que habían hecho posible el desalojo y que habían tomado el barrio, las mismas que envía el estado para echar a las familias de casa, las mismas que torturan a compañeros en las comisarías, las que nos llevan jodiendo a muchos desde que tenemos uso de razón.

Durante esos días el barrio organizado da unos pasos a consolidar la lucha emprendida. Cinco demandas populares: La paralización del derribo, la retirada de las fuerzas policiales del barrio, la absolución de los detenidos hasta aquel momento (que acabarían siendo mas de 80, dos de ellos aun hoy presos), la dimisión del regidor de Sants y del alcalde de Barcelona, y la paralización de los procesos de desalojo de otros centros sociales.
Mientras, la protesta se extendía a otros barrios y ciudades.

Una semana de lucha incansable. Asambleas del barrio durante el día, caceroladas, barricadas por las noches. A finales de semana y viendo la fuerza que estaba demostrando el barrio, se accede a la paralización del derribo, a los dos días se reúnen cientos de personas en Can Vies para reconstruir el espacio.
Y hasta aquí hoy. Lo que queda del centro social ha sido recuperado y está siendo reconstruido por los vecinos, el alcalde con el “brazo torcido” ante la fuerza popular y las barricadas, 80 personas imputadas, 2 en prisión preventiva y un barrio orgulloso de su lucha.

Algunas reflexiones

..Sobre la violencia

Los anarquistas estamos en contra de la violencia y nuestra propuesta es eliminarla de las relaciones humanas, por eso estamos en contra del capitalismo y del Estado que son la violencia en su mas pura esencia. Pero rechazamos al mismo tiempo la moral de que la violencia es mala venga de donde venga. Vemos una gran distancia entre la violencia opresora de los Estados y la violencia liberadora de los explotados que se organizan para defenderse ante ella.Nada tiene que ver, por mucho que se empeñen los “buenos políticos” de la democracia, beneficiados de esta situación de desigualdad, en hacérnoslo creer.

Además demuestra ser también efectiva como herramienta practica de lucha: Dos días de disturbios en Sants han sido suficientes para que las instituciones estén dispuestas a negociar lo que antes no querían ni hablar. Recordamos también como en Gamonal, las instituciones ignoraron las protestas y acciones pacificas hasta que el fuego y las piedras picaron a sus puertas. El resultado ya es conocido: las obras se paralizaron y el barrio ganó.
El miedo a que se extienda entre los explotados la consigna de “LIBERTAD, por todos los medios necesarios” y se supere la moralidad impuesta se hace visible. Podremos ver a los politicos casi rogando la negociación, al mismo tiempo que las comisarías y cárceles se llenan de los nuestros. Nos tienen miedo por que empezamos a dejar de tener miedo.

..Sobre los medios de comunicación y los politicos

«Habladles de la violencia hasta que se olviden que somos nosotros los que la causamos»
-Rajoy a un periodista, en una viñeta vista en Internet-

En los medios, maquillados de una aparente neutralidad y de un apoyo <sólo> a los “manifestantes pacificos” (como si existiera esa separación), se colaban artículos y reportajes de autentico escándalo, dignos de la propaganda del régimen mas descarada. Los de las barricadas y las capuchas eran terroristas profesionales, extranjeros, o incluso las dos cosas juntas, desadaptados sociales, a los que debemos temer para mantener el orden, – ¡No os acerquéis a ellos!.

No nos extraña el lenguaje criminalizador de los medios, como comentábamos no pueden consentir que las masas de explotados asuman estas herramientas como válidas; Por todos los medios se nos bombardeó con la separación tratando de confundir al barrio y de poner unos en contra de otros. A pesar de ello y de la espectacularidad con la que se mostraban los insignificantes gastos de la revuelta (idea que logró contagiar a algunos explotados que defendían “las infraestructuras publicas” por delante del éxito de la revuelta popular), el mensaje cada vez cuela menos. Muchos vecinos se solidarizaron con la revuelta, con los de capucha y los que no. Se abrían portales para resguardarse de la policía, se ayudaba con materiales, “unos y otros” compartían asamblea.
Can Vies a terra, todos en pie de guerra era la consigna real.

Los políticos apelaron a su “espíritu democrático”. Ahora no podían tolerar la violencia. Cínicos cabrones. Solo pueden tolerar su violencia, la violencia que es usada para perpetuar el estado de privilegio en el que se encuentran. La violencia que defiende la propiedad privada por encima de la necesidad. La que defiende el falso “orden social” por encima de la lucha por la libertad. No tienen nada contra la violencia de sus colegas empresarios hacia los trabajadores. Ni contra la que se imprime a los inmigrantes a fuego en la piel por haber nacido allí abajo. No tienen nada contra la violencia policial en los barrios. Ni contra la violencia que supone que miles de personas no coman mientras otras se pudren en dinero.
Ocultado en la palabrería politiquera y la corbata habían unas consignas claras: Condenar y criminalizar la violencia de los explotados y ensalzar el supuesto y falso espíritu conciliador y pacifico del Estado, presentándose como los buenos mientras al mismo tiempo abrían cabezas a porrazos.

Y después de la revuelta qué?

 Las experiencias que ha proporcionado la revuelta a las personas que han formado parte de la lucha no caen en saco roto. Además de la victoria conseguida, en estas situaciones nos formamos y aprendemos a hacer la revolución. En las calles, en las noches, pero también en los días y en las asambleas en nuestros centros sociales, ateneos y plazas. La revuelta en Sants llegará a su fin, pero no la lucha por un mundo nuevo.
Para ello seguiremos apostando por la autoorganización en los barrios mediante asambleas, huyendo de delegar la lucha por nuestra libertad a cualquier partido político. Apostando por la acción directa decidida de los vecinos. Dedicándonos con ilusión y compromiso al aprendizaje hacia otro modelo de sociedad y asumiendo que para conseguirlo hace falta un enfrentamiento necesario. Continuaremos generando redes de apoyo, donde los desposeídos, los que no tenemos nada, podamos juntarnos y plantar cara a los ataques del poder, sea en nuestro curro o en nuestras calles.
De las humeantes ruinas de Can Vies surgirá barrios mejores, barrios construido entre todos nosotros sin políticos ni banqueros de por medio, con la solidaridad y el apoyo mutuo como principios. No queremos que la llama se apague. Creemos que solo la revolución social acabará con la miseria y la explotación. Como decía un viejo conocido, “No nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”.

Assemblea Llibertària de Santa Eulàlia

Octavilla repartida en Santa Eulàlia.  
Pdf: Documento-5